¡Cuidado! La pornografía infantil viaja por la web

Un millón de niñas, niños y adolescentes son cada año víctimas de las redes del comercio sexual o pornografía infantil, que obtienen ganancias multimillonarias en todo el mundo.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha señalado que la explotación sexual comercial infantil es una práctica ilegal en muchos lugares del planeta, a través de la venta de niñas y niños, la prostitución, el turismo sexual y la pornografía infantil que, principalmente, se difunde a través de la internet profunda (dark web).

El Informe 2022 de la Internet Watch Foundation -una organización benéfica con sede en Inglaterra que encuentra, marca y elimina imágenes de abuso sexual infantil en internet-, reportó que el año pasado descubrieron contenido ilegal en 252 mil páginas web y estimó que cada siete minutos se muestra en internet a una persona menor de edad que es objeto de abusos sexuales.

El documento destaca que, cuando empezó a funcionar este mecanismo de vigilancia ciudadana (1996), eran niñas las que aparecían en el 65 por ciento de los casos de abuso sexual infantil. Hoy, el porcentaje es del 99 por ciento. No es el único dato alarmante.

Más del 70 por ciento de los menores de edad que han sido víctimas tienen entre 11 y 13 años, el resto son niñas y niños más pequeños. En todos los casos, las imágenes de pornografía infantil son cada vez más explícitas y violentas.

El confinamiento en casa que el coronavirus impuso al mundo multiplicó los riesgos a los que se enfrentan infantes y adolescentes. Prácticamente quedaron a expensas de los depredadores porque había computadoras y dispositivos móviles habilitados para internet con una cámara incorporada, por lo que los delincuentes accedieron a los niños de forma remota.

En nuestro país, la realidad no es muy distinta para nuestras niñas y niños. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) coloca a México en el primer lugar de la lista de los países productores y distribuidores de contenidos de pornografía infantil y el segundo en abuso sexual, después de Tailandia, que había sido considerado como el epicentro de la trata de personas con fines de explotación sexual.

Necesitamos proteger a nuestras niñas, niños y adolescentes. Las autoridades deberán perseguir y poner tras las rejas a pedófilos y tratantes de personas, pero los padres de familia también tenemos la responsabilidad de mantenernos vigilantes a la actividad digital de niños y adolescentes. El hogar debe ser un espacio de seguridad y protección. Y es una responsabilidad compartida cuidar a nuestra infancia.

Bitácora de Guerra por Hannia Novell
@HanniaNovell

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